La mujer y el marido muerto

Había una vez una mujer sumamente triste por la muerte de su marido, y esta se mudo a una casa al lado del cementerio donde estaba enterrado su marido para llorar allí.

En aquellos días un hombre cometió un delito, por lo cual lo sentenciaron a muerte y fue ahorcado. Después pusieron como de costumbre a un soldado para vigilar al ahorcado, el soldado un día tuvo mucha sed y fue a la casa en la que vivía la mujer a pedir un poco de agua y el viéndola le gusto mucho.

Y entonces el soldado empezó a ir a la casa para hablar con ella, dejando al ahorcado con ella le robaron el cadáver del ahorcado, viéndose el soldado en aquel problema se asusto por el castigo que le iba a caer por su descuido fue corriendo a casa de la mujer, este le contó su problema la mujer se compadeció de él y desenterró a su marido, esta lo puso en la horca en lugar del delincuente y así tapo el descuido del soldado.

Moraleja de: la mujer y el marido muerto

Esta fábula de esopo nos nos dice de lo débil y variable que pueden ser los afectos humanos, y que no hay que fiarse de estos.

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