Una vez un calvo llevaba la cabeza al descubierto, entonces una mosca le pico en la calva y este queriendo matarla se dio un golpe en la cabeza, entonces la mosca riéndose de el, le siguió volando por su alrededor para molestarlo, y el calvo viendo lo que pretendía le dijo.
Aunque me dañe y me enfade muy fácilmente me perdono a mi mismo; pero a ti, despreciable insecto, me alegrare al matarte, por mas que me dañe a mi mismo.
Moraleja de la fábula de Esopo: el calvo y la mosca
No debemos buscarnos enemigos, ya que las ofensas pocas veces quedan sin castigo
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