Una pulga pico a un hombre, luego de un rato le mordió una y otra vez hasta que no pudo más. El hombre la buscó y la encontró, atrapó la pulga entre sus dedos y gritó con rabia:
– «¿Quién eres? Miserable criatura que me estas picando cuando quiere.»
La pulga aterrorizada gimió con su vocecita débil:
– «¡Oh señor! Por favor, déjame ir. Soy una cosita tan pequeña que no te puedo hacer mucho daño».
El hombre se rio y dijo:
– “Te voy a matar ahora, lo malo hay que destruirlo, por pequeño que sea el mal que hagas.”
Moraleja de la fábula el hombre y la pulga
No sientas pena por los que hacen el mal.
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