El águila y el hombre

Un hombre cierto día capturo un águila para que esta no se fuese volando, les corto las plumas de las alas, luego puso el águila junto con las gallinas en un gallinero. Después de un tiempo al águila le volvieron a crecer las plumas de las alas, así que echo a volar, cuando estaba en el aire diviso a una liebre, la capturo y se la trajo al hombre, como un regalo por perdonarle la vida.

Una zorra que vio todo esto, aconsejo al hombre, diciéndole que no dé más cobijo al águila, no sea que más adelante te de caza a ti, así como ha cazada a esta libre.

Siguiendo los consejos, el hombre cogió al águila y le volvió a arrancar las plumas de las alas.

La moraleja de la fábula el hombre y el águila

La moraleja de la fábula de Esopo nos enseña que hay que ser siempre justo, y hay que mostrarse muy agradecidos con los que nos hacen favores, y que hay que mantener distancia con aquellos que nos desean daño.

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