Un asno – burro, cansado de trabajar para su amo y de recibir malos tratos, decidió escaparse y buscar una vida mejor. En su huida, se encontró con una piel de león que alguien había dejado abandonada. Se le ocurrió entonces una idea: se puso la piel encima y se fue a pasear por el bosque, haciendo creer a los demás animales que era un león.
Todos los que lo veían se asustaban y huían de él, creyendo que era el rey de la selva. El asno se divertía mucho con su engaño y se sentía orgulloso de su astucia.
Pero un día, se cruzó con un zorro, que no se dejó engañar por las apariencias. El zorro se acercó al asno y le dijo:
- ¡Hola, amigo! ¿Qué tal te va con tu disfraz? ¿Te crees que puedes engañar a todos con esa piel de león? No seas tonto, que yo te he reconocido por tu rebuzno.
Y diciendo esto, le dio un mordisco en el trasero y se fue riendo.
Moraleja del: Burro con piel de León
No pretendas ser lo que no eres, ni te burles de los demás. Tarde o temprano, se descubrirá tu verdadera naturaleza.
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