Había una vez un pavo real muy orgulloso de su plumaje, que brillaba con todos los colores del arcoíris. Un día, se encontró con una grulla, que tenía unas plumas grises y sencillas. El pavo real se burló de la grulla y le dijo:
- Mira qué diferencia hay entre tú y yo. Yo soy el ave más hermosa del mundo, mientras que tú eres tan simple y aburrida. ¿No te da vergüenza ser tan fea?
- La grulla no se dejó intimidar por las palabras del pavo real y le respondió:
- Es cierto que tu plumaje es más vistoso que el mío, pero eso no lo es todo. Gracias a mis plumas, yo puedo volar alto y libre por el cielo, mientras que tú solo puedes caminar por el suelo como un pollo. ¿No te da pena ser tan inútil?
El pavo real se quedó sin saber qué decir y se dio cuenta de que la grulla tenía razón. No solo la belleza importa, sino también las habilidades y las virtudes.
La moraleja de la fábula de Esopo: el pavo real y la grulla
Es que no debemos juzgar a los demás por su aspecto físico, sino por su carácter y su valor.
Que nos enseña la fábula el pavo real y la grulla
Esta fábula nos enseña que no debemos juzgar a los demás por su apariencia, ni menospreciar sus cualidades. También nos muestra que la soberbia y la vanidad son defectos que nos impiden apreciar lo que tenemos y lo que podemos hacer. La moraleja de esta fábula es que cada uno tiene sus propios dones y virtudes, y que no hay que envidiar ni burlarse de los ajenos.
No hay comentarios